Solo se sabe que se utilizaban neumas (especie de estenografía consistente en rayas, acentos, puntos y ganchos). Eran colocados sobre el texto de himnos religiosos y el director del coro los interpretaba por medio de sus manos (queironimia), señalando los ascensos y descensos de los sonidos a los cantos que entonaban de memoria.
Los monjes, refiriéndose a las neumas, decían que no son mas que simples auxiliares de la memoria ya que la música no es retenida por la mente del hombre, ello si pierde, desde el momento que no puede ser escrito.
La música se refugia en la Iglesia como toda la cultura de la época. Es por ello que aparece un auge de la música sacra y con ella el Canto Gregoriano. Vamos a oír como sonaban esas bonitas melodías entonadas por los monjes de aquella época. No obstante, el pueblo también quiere música. En esta época, los juglares cantan al amor, a los héroes y a las damas, y los trovadores alegran la vida de palacio. Otro grupo de alumnos de segundo nos van a representar un momento festivo de aquella época.
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